Información práctica
Lisboa tiene más de 50 museos, algunos de ellos ineludibles, con entradas que no acostumbran a sobrepasar los 5 euros por cabeza. La mayoría reserva un día a la semana de apertura gratuita, que suele ser el domingo por la mañana. Si no se puede acudir ese día a visitarlos, o para estancias de varios días, es muy recomendable adquirir una tarjeta Lisboa Card, que además proporciona transporte público gratuito. Sus precios son los siguientes. Para adultos: un día 18,5 €, dos días 31,5 € y 3 días: 39 €. Para niños (de 4 a 11 años) un día 11,50 €, dos días 17,50 € y tres días 20,50 €. Se pueden comprar en las oficinas de turismo de Lisboa, situadas en el Aeropuerto de la ciudad, el Palacio da Foz (Plaza de los Restauradores), el Lisboa Welcome Center (Plaza del Comercio) y la Estación de Santa Apolonia. No obstante, para visitar pocos museos es posible que no se rentabilice. Tampoco lo harán los estudiantes, mayores de 65 años o portadores del carné joven, que se benefician de fuertes descuentos.
Con la Lisboa Card se puede acceder gratuitamente a los siguientes museos y monumentos: Monasterio de los Jerónimos, Torre de Belém, Monasterio de Batalha, Monasterio de Alcobaça, Estufa Fria (Invernadero), Convento de Cristo – Tomar, Panteón Nacional de Lisboa, Palacio Nacional de Ajuda, Palacio Nacional de Mafra, Museo de la Ciudad, Museo de la Música, Museo del Chiado, Museo Nacional de Arqueología, Museo Nacional de Arte Antigua, Museo Nacional del Azulejo, Museo Nacional de Etnología, Museo Nacional del Teatro, Museo Nacional del Traje, Museo Nacional de los Carruajes, Museo Teatro Romano y Museo del Aire
Además, la tarjeta también proporciona rebajas en la entrada de otros espacios: Planetario Caoluste Gulbenkian, Arpad Szenes y Museo de la Ciencia (50%); Casa Fernando Pessoa (40%); Monumento a los Descubrimientos y Museos del Fado y de la Marioneta (30 %); Museo de Marina (25 %); Pabellón del Conocimiento, Acuario Vasco da Gama, Quinta da Regaleira, Centro de Arte Moderno y Museos de Artes, Decorativas Portuguesas, Calouste Gulbenkian, de Arqueología del Carmo y de Oriente (20%); Jardin Zoologico de Lisboa, Palacio Nacional de Queluz, Convento de los Capuchos y Oceanario de Lisboa (15%) y los Palacios Nacional de Sintra y da Pena (10%)
La visita imprescindible
Sin duda alguna, uno de los museos más importantes de Lisboa, si no el que más, es el de la Fundación Calouste Gulbenkian (Avenida Berna 45, 1067-001, metro Praça Espanha, cerrado los martes). Posee una de las mayores colecciones privadas artísticas de Europa que abarca desde el año 2.000 antes de Cristo a la actualidad con obras de pintores clásicos y contemporáneos tan importantes como Rembrandt, Rubens, Monet, Van Dyck, Renoir, Warhol, Picasso, Dali, Duchamp o Pollock.
Este museo cuenta con conjuntos únicos en todo el mundo, como una serie de joyería grecorromana, un bajorrelievo asirio en escudo que se remonta al siglo IX a.C., una hermosa colección de monedas de la Antigua Grecia, diversas piezas de la Roma clásica y preciosas porcelanas orientales.
De entre sus muchas salas, destacamos las de arte islámico y arte oriental, con trabajos en vidrio, tapetes persas, azulejos entre otras obras de los siglos XVI y XVII de Persia, Turquía, Siria e India, junto con porcelanas, jades, pinturas y cajas laqueadas de China y Japón. Al concluir el recorrido se encuentran las obras del maestro joyero René Lalique (1860-1945) en vidrio con piedras preciosas, oro… de calidad y factura sensacionales.
Además, el Calouste cuenta con un espectacular jardín (solo por él merece la pena visitarlo) para descansar, ver animales (patos, gansos, palomas) y dejar entretenidos a los niños mientras visitamos el museo. Compartiendo el jardín se erige el Centro de Arte Moderno de Lisboa, que recoge obras de los más importantes artistas portugueses del siglo XX, como Amadeo Souza Cardoso, Almada Negreiros, y Paula Rego.
Penetrando en la cultura portuguesa
Si uno quiere conocer mejor la cultura portuguesa, debe pasar inevitablemente por el Museo del Fado, que rinde homenaje a este melancólico género musical luso con una colección permanente, exposiciones temporales y muestras de artistas concretos. Está situado, cómo no, en la Alfama, barrio donde nació este ritmo Patrimonio Inmaterial de la UNESCO, concretamente en Largo do Chafariz de Dentro, 1 – 1100-139 (metro Santa Apolonia, cierra los lunes). Además, ofrece cursos de guitarra y cuenta con un auditorio que acoge regularmente eventos.
La más célebre cantante de fados, Amália Rodrigues, también ha visto convertida su Casa en un Museo de su figura (situado en la Rua de São Bento, 193, parada de dicha calle, cierra los lunes), a la que rinde con más de 30.000 objetos que la acompañaron durante su vida y su trayectoria profesional. Se encuentra enterrada en una tumba, siempre cubierta de flores, del no muy lejano Panteón Nacional de Portugal (Campo de Santa Clara), una visita muy enriquecedora.
Otros espacios dedicados a la cultura tradicional de Portugal que se salen un poco de lo habitual, pero no por ello dejan de ser bellos, son el Museo Nacional del Azulejo (Rua da Madre de Deus 4, autobuses 705, 728, 759, 782), o el Museo Nacional de Arte Antiguo (Rua das Janelas Verdes, cierra los lunes, tranvías 15 y 18). En el primero encontraremos una fabulosa colección del siglo XV a nuestros días y en el segundo toda una muestra de arte internacional desde el siglo XII al XIX, con obras de artistas tan importantes como Toulouse-Lautrec, Fra Angelico, Renoir, Degas, Edouard Manet, Paul Cézanne, El Greco, António de Sequeira, Camille Pissarro, Claude Monet, Josefa d’Óbidos o Domingos Gregório Lopes.
Museos de otras temáticas
Quienes deseen salir un poco de lo antiguo y de lo más local, pueden acudir al Museo de Arte Contemporáneo Berardo (Praça do Império, Belém, tren desde Casi do Sodré), que acoge piezas de Warhol, Magritte, Duchamp y Pollock entre otros (más de 70 corrientes artísticas de los últimos tiempos) o el prestigioso, gratuito y sumamente céntrico Museo de la Moda y el Diseño (Rua Augusta 24), que alberga ropa de YSL o Jean Paul Gaultier.
El océano es muy importante en la hitoria de Portugal, país que participó muy activamente en la Conquista de América y el Lejano Oriente. Por eso es buena idea visitar el Museo de la Marina (ubicado junto al Museo Berardo, cierra los lunes), que cuenta con numerosísimos libros y objetos sobre el arte de la navegación, además de modelos a escala.
Uno de los museos más populares de Portugal es el Museo Nacional de Carruajes, también en el barrio de Bélem, ubicado en lo que fuera una escuela de equitación real. Permite al visitante conocer la historia de las más variadas formas de coches de tracción animal, una colección única en todo el planeta, con ejemplares tan raros como la cabina de viaje de Felipe III de España.
La lista es enorme, pero cabe señalar, en último lugar, espacios como el Museo de Oriente, por la conexión colonial de Portugal con Asia, el Museo de la Electricidad, una enorme construcción industrial, o la Casa de Fundación Pessoa, con cada puerta y ventana de un estilo distinto.